Cirugía plástica, 3 verdades irrefutables Productospeluqueria.org
Si hay una constante en la televisión mundial, es la de encontrar imágenes de actrices o modelos que superan los cincuenta años y que lucen impecables y super jóvenes, como si estuvieran rozando los treinta. Y algo muy común también, es ver a bellezas menores a las tres décadas que ya tienen varias cirugías en su haber. Todas lucen fantásticas y saludables, por lo cual llevan a muchas mujeres no solo a desear ser como ellas y someterse a esas intervenciones quirúrgicas, sino a pensar que son actividades menores que no van a tener consecuencias en su salud.
El asunto es que la fiebre por la belleza hecha en el quirófano no se limita a la pantalla de TV: de acuerdo con la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica, en los últimos tres años, la Argentina entró en el top 5 de los países en los que se practica la mayor cantidad de cirugías estéticas. En 2005, el número de intervenciones subió un 59 por ciento respecto de 2003… y este año sigue en aumento. De hecho, el 6 por ciento de todas las operaciones que se hacen en el mundo (y que son 7 millones) tiene lugar en esas tierras. Pero hay tres verdades irrefutables que tienes que saber si estás pensando en engrosar esa cifra. No todo es tan perfecto como parece…1. Después de operarte, no siempre te sentís mejor…¿Crees que unas lolas espectaculares te van a hacer una persona más feliz? Bueno, de acuerdo con lo que dicen los expertos, las pacientes que tienen expectativas poco realistas tienden a sentirse insatisfechas con el resultado final. El problema: muchas mujeres suponen que un cambio físico hará la diferencia en sus vidas. Pero no hay ninguna garantía de que un par de bolsitas con solución salina o siliconas o un pliegue en tu panza vayan a lograr que tu confianza reciba el empujoncito que necesita.
“La mayoría de los pacientes tiene la fantasía de solucionar todos sus problemas con una cirugía plástica. Por supuesto, están los que tienen necesidades reales, pero son los menos. Es muy común, incluso, que algunas mujeres quieran ponerse siliconas o hacerse medicina estética o un lifting para superar una separación de pareja. En esos casos, les recomiendo que vean antes a un psicólogo…”, cuenta un cirujano plástico, el doctor Traine. 2. La cirugía plástica ES una cirugíaObviamente, que entrar al quirófano a hacerte una estética es una elección, y entrar a sacarte un apéndice es algo que escapa a los planes de cualquiera. Pero esta elección tuya no implica que la cirugía plástica no implique riesgos importantes. La anestesia para gran parte de las intervenciones estéticas es total, con los riesgos que ello supone para todo organismo. Aunque el paciente esté en manos del mejor cirujano, si al momento de la anestesia su cuerpo presenta una reacción adversa, pueden haber muchas complicaciones que pueden derivar en la muerte. 3. El post operatorio no es agradableMás allá de lo que puedas haber visto de la medicina estética, leído o escuchado, una cirugía no te va a convertir en un cisne de la noche a la mañana. En operaciones como los “retoques” en la nariz o el aumento de mamas, pasan unas dos semanas hasta que el paciente está completamente de pie y poniéndose a tiro (todavía con cicatrices y moretones visibles). Pero ahí no termina la cosa, porque se necesitan alrededor de seis meses para que todo vuelva a su lugar y un año para ver los resultados finales en serio. “Si un cirujano te dice que no te va a quedar ninguna marca, te está mintiendo”, asegura el doctor Traine. “En toda intervención hay una cicatriz, por más pequeña que sea, y va evolucionando de acuerdo con los genes del paciente y con lo que él haga (o deje de hacer) durante su recuperación’.
Ese proceso incluye la posibilidad de hemorragias, moretones (¡de todos los colores del arco iris!), hinchazones y bultos bajo la piel. Es más, tampoco podes retomar la actividad normal por un tiempo. Por ejemplo, después de un aumento de lolas, ni se te ocurra levantar nada pesado ni elevar tus brazos más allá de la altura de los hombros durante dos o tres semanas. Si hicieras algo de eso, los implantes podrían moverse o endurecerse.
danitidia
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